La Sirenita vive en un reino subacuático con su padre, el rey del
mar; su abuela; y sus cinco hermanas mayores, cada una nacida con un año
de diferencia. Cuando una sirena cumple los 16 años, se le permite
subir a mirar el mundo de la superficie, y cuando cada una de las
hermanas tienen la edad suficiente, visitan la superficie una vez por
cada año.
Cuando llegaba el turno de la Sirenita, se aventura hacia la
superficie, ve un barco con un apuesto príncipe, y se enamora
perdidamente de él desde la distancia. De repente se desata una
tormenta, y la Sirenita salva al príncipe de morir ahogado en el mar.
Luego lo lleva a la orilla cerca del templo, aún inconsciente. Ella lo
acompaña hasta que una joven lo encuentra. El príncipe nunca llega a ver
a la Sirenita.
La Sirenita le pregunta a su abuela si los humanos pueden vivir por
siempre si es que no se ahogan. La abuela le explica que los humanos
tienen un tiempo de vida mucho más corto que los 300 años que tienen las
sirenas, pero que cuando las sirenas mueren se convierten en espuma de
mar y dejan de existir, mientras que los humanos tienen un alma eterna
que continúa existiendo en el Cielo. La sirenita, anhelando al príncipe y
a tener un alma eterna que viviera en el Cielo, visita a la Bruja del
Mar, quien le vende una poción que le da piernas, a cambio de su voz (ya
que la Sirenita tenía la voz más hermosa del mundo). La Bruja del Mar
le advierte, sin embargo, que una vez que se convierta en humana, nunca
podrá volver al mar. Tomar la poción la hará sentir como si una espada
la atravesara, pero cuando se recuperara, ella tendría dos hermosas
piernas, y sería capaz de bailar como ningún humano ha bailado jamás.
Sin embargo, constantemente sentirá como si estuviera caminando sobre
espadas lo suficientemente afiladas para hacerla sangrar. Además, sólo
conseguirá un alma si el príncipe la ama y se casa con ella, porque
entonces, una parte de su alma pasará al cuerpo de ella. De lo
contrario, al amanecer del día siguiente de que él se case con otra
mujer, la Sirenita morirá con el corazón roto y se convertirá en espuma
de mar.
A pesar de las advertencias, la Sirenita bebe la poción y va a
encontrarse al príncipe, al cual le atrae su belleza y gracia, incluso
aunque ella sea muda. Lo que más le gusta es verla bailar, y ella baila
para él a pesar del insoportable dolor que eso le causa. Cuando el padre
del príncipe le ordena a éste que se case con la princesa del reino
vecino, el príncipe le dice a la Sirenita que no lo hará, porque no ama a
la princesa, y que sólo puede amar a la joven del templo, quien él cree
que lo salvó. Resulta que la princesa es esa joven del templo, quien
había sido enviada al templo a ser educada. Al saber esto, el príncipe
se enamora de la joven y decide casarse con ella.
Cuando el príncipe y la princesa se casan, el corazón de la Sirenita
se rompe. Ella piensa en todas las cosas a las que renunció y todo el
dolor que tuvo que sufrir, y desespera, pensando que la muerte la
espera. Pero antes del amanecer, sus hermanas le traen un cuchillo que
la Bruja del Mar les dio a cambio de su largo cabello. Si la Sirenita
asesina al príncipe con el cuchillo y deja correr la sangre de éste por
sus pies, volverá a ser una sirena, todo su sufrimiento terminará y
podrá vivir su vida de sirena, con sus 300 años.
Pero la Sirenita no fue capaz de matar al príncipe mientras dormía en
su cama con su esposa, ya que aún lo ama, y cuando sale el sol, ella se
lanza al mar. Su cuerpo se convierte en espuma, pero en vez de dejar de
existir, siente el calor del Sol; se ha convertido en un espíritu, una
hija del aire. Las otras hijas del aire le dan la bienvenida y le
explican que se volvió una de ellas porque intentó con toda sus fuerzas
obtener un alma eterna. Ella podrá ganar un alma haciendo buenas
acciones por 300 años; por cada niño bueno que encontrara, se le
restaría un año a todo ese tiempo, por cada niño malo, ella lloraría, y
cada lágrima significaría un mes más. Entonces un día, ella llegaría a
tener un alma que viviría eternamente en el Cielo.
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